Jean-Baptiste Camille Corot fue un pintor francés de paisajes, uno de los más ilustres de dicho género y cuya influencia llegó al impresionismo. Corot ingresó en el estudio de Achille-Etna Michallon, reputado paisajista, de quien aprendió a «observar con exactitud y ser verdadero al reproducir la naturaleza». Pero su temprana muerte le condujo en 1822 al estudio de Jean Victor Bertín, otro paisajista que le aportó destreza en los principios de composición clásicos que caracterizan los paisajes sosegados y bien estructurados que pintó en Italia entre 1825 y 1828.
De acuerdo con lo que manifestó Monet, la obra de Corot, junto con la de Boudin y Jongkind, está en el origen del impresionismo.
Y es que puede considerarse que Camille Corot es el precedente más claro de los impresionistas, ya que fue el primero que le dio carta de naturaleza a la pintura al aire libre. La revolución impresionista radicaba precisamente en la fidelidad a la sensación óptica obtenida ante la naturaleza en determinadas condiciones atmosféricas y de luz. Corot fue el primer pintor que expresó esa sensación en sus cuadros.
Su obra